El dengue, el zika y el chikungunya son enfermedades virales transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, un vector que se ha adaptado con facilidad al clima cálido y húmedo de muchas regiones de México. Durante los últimos años, el país ha registrado un incremento sostenido de casos, impulsado por factores como el cambio climático, las lluvias intensas y la urbanización descontrolada.
Según datos de la Secretaría de Salud, en 2025 los contagios de dengue han aumentado de manera significativa en estados como Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo y Tabasco, mientras que el zika y el chikungunya, aunque con menor incidencia, siguen presentes de forma estacional.
Estrategias nacionales para contener los brotes de Dengue, zika y chikungunya
Ante esta situación, México ha fortalecido su Programa Nacional de Vectores, enfocado en la prevención y control del mosquito transmisor. Las principales acciones incluyen campañas de fumigación, eliminación de criaderos en viviendas, monitoreo epidemiológico y campañas educativas en comunidades de riesgo.
Asimismo, se han intensificado las brigadas de salud en zonas rurales y costeras, donde el acceso a los servicios médicos es limitado. La vigilancia entomológica y el uso de nuevas tecnologías —como sensores de clima y plataformas digitales para mapear brotes— están permitiendo una respuesta más rápida y focalizada ante los picos de contagio.
La importancia de la prevención comunitaria
La participación ciudadana sigue siendo clave. Mantener patios y azoteas libres de agua estancada, tapar los depósitos, usar repelente y colocar mosquiteros son medidas básicas pero efectivas para reducir el riesgo.
Los profesionales de la salud también recomiendan no automedicarse y acudir de inmediato al centro médico ante síntomas como fiebre alta, dolor muscular o erupciones cutáneas.
Dengue, zika y chikungunya: un desafío permanente para la salud pública mexicana
El aumento de casos de dengue, zika y chikungunya es un recordatorio de que México enfrenta un reto sanitario continuo que exige coordinación entre autoridades, comunidades y especialistas. Con prevención, educación y vigilancia activa, el país busca frenar la expansión de estas enfermedades y proteger la salud de millones de personas.