En múltiples experimentos pre-clínicos recientes, el uso de células madre ha probado ser una terapia altamente efectiva para regenerar tejidos y apoyar a la recuperación de múltiples enfermedades. Más allá de las implicaciones éticas de usar estos organismos, investigaciones han comenzado a analizar la factibilidad de usar estos procedimientos de forma segura en humanos.
Un grupo de investigadores ha publicado en la revista Circulation Research los resultados de una prueba clínica con células madre cardíacas alógenicas en pacientes internados por infartos al miocardio. Los resultados del estudio indican que no se detectaron efectos secundarios nocivos, por lo que usar estas terapias para dichos padecimientos debería ser viable y seguro.
De acuerdo con Javier Bermejo, subdirector científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y miembro del equipo de trabajo, afirmó que se inyectaron células madre a los pacientes a través de la arteria coronaria, previamente reparada mediante cateterismo cardíaco.
Las células madre se administraron entre cinco y siete días después del evento de infarto. Como parte del seguimiento de salud de los pacientes, se realizaron estudios exhaustivos de resonancia magnética para evaluar la condición del corazón.
El equipo de investigación también examinó la incidencia de eventos cardiacos adversos mayores a los 30 días, seis y doce meses de la inyección de células madre, así como una vigilancia inmunológica a medio año y un año de la operación. De los 49 pacientes del grupo, 16 con placebo y 33 con celulas madre, ninguno presentó ningún tipo de condición negativa posterior a la terapia.
Los investigadores afirmaron que el uso de células madre cardíacas alogénicas tiene la ventaja, contrario a otras terapias celulares, de poder producirse en cantidades masivas. Además, pueden almacenarse por largos periodos de tiempo, por lo que pueden estar disponibles para su uso inmediato en las salas de Urgencias.