Un dolor de cabeza es un dolor en cualquier parte de la cabeza: cuero cabelludo, parte superior del cuello, cara o interior de la cabeza. Suelen ser uno de los motivos más frecuentes de visita al médico. Los dolores de cabeza interfieren con la capacidad de trabajar y de hacer las tareas diarias. Ocurren cuando terminaciones nerviosas sensibles al dolor llamadas nociceptores reaccionan a los desencadenantes del dolor de cabeza (como el estrés, ciertos alimentos u olores o el uso de medicamentos) y envían mensajes a través del nervio trigémino hacia el tálamo, la “estación de relevo” del cerebro para la sensación dolorosa de todo el cuerpo. El tálamo controla la sensibilidad a la luz y el ruido del cuerpo y envía mensajes a partes del cerebro que controlan la conciencia del dolor y la respuesta emocional al mismo. Otras partes del cerebro también pueden ser parte del proceso, causando náuseas, vómitos, diarrea, dificultad para concentrarse, y otros síntomas neurológicos.
Algunas personas sufren esta dolencia con frecuencia, mientras que otras casi nunca los padecen. Otras causas suceden cuando se deja de consumir cafeína, o en un día de mucho calor o de mucho frío al que no estamos acostumbrados o cuando se dejan de tomar calmantes para el dolor, después de usarlos durante mucho tiempo, y se denomina dolor de cabeza por abuso de medicación.
Se pueden considerar dos tipos de cefaleas: primarias y secundarias. Las primarias se considera no causada por trastornos, pueden presentarse de forma independiente y no estar relacionados con otra enfermedad. Son migrañas, cefalea en racimos y otras cefalgias autónomas del trigémino, como la hemicránea paroxística crónica, la hemicránea continua y la cefalea neuralgiforme unilateral de corta duración con inyección conjuntival y desgarro (SUNCT, por sus siglas en inglés). La cefalea tensional son las cefalgias autónomas del trigémino y son poco frecuentes.
Algunos trastornos de cefalea secundarios son graves, estos indican trastorno de salud que causa que las terminaciones nerviosas sensibles al dolor se comprimen, se estiren o se empujen fuera de lugar. Pueden ser el resultado de afecciones subyacentes, inclusive fiebre, infección, uso de medicamentos en exceso, estrés o conflicto emocional, presión arterial alta, trastornos psiquiátricos, lesión craneana o traumatismo, accidente cerebrovascular, tumores y trastornos nerviosos (particularmente neuralgia del trigémino, una afección con dolor crónico que afecta típicamente a un nervio principal en un lado de la mandíbula o la mejilla). También involucran al cerebro, una meningitis, un tumor cerebral o una hemorragia en el cerebro (hemorragia intracerebral). También son trastornos en el cerebro, los ojos, la nariz, la garganta, los senos, los dientes, las mandíbulas, los oídos o el cuello, o provocados por un trastorno generalizado (sistémico). [1]
Algo a considerar es que no todo dolor de cabeza requiere la atención de un médico. Sin embargo, el dolor de cabeza puede señalar un trastorno más serio que requiere atención médica inmediata. La carga evidente de las cefaleas representa un llamado a la acción. La OMS lo reconoce y, en asociación con la organización no gubernamental Lifting The Burden, participa en la Campaña Mundial contra las Cefaleas. Esta iniciativa, emprendida en 2004, pretende crear conciencia en torno al problema y también mejorar la calidad de la asistencia brindada a las personas que sufren cefaleas y el acceso a ella en todo el mundo.
[1] (National Institute of Neurological Disorders and Stroke, s.f.)
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