La mayoría de las personas, tengan entrenamiento médico o no, son capaces de detectar los síntomas clásicos que se producen durante un ataque cardiaco. De acuerdo a Mayo Clinic, son: sensación repentina de opresión en el pecho. que puede propagarse hacia el cuello y brazo izquierdo; falta de aire, fatiga, mareo, sudoración fría, ardor en el estómago y náuseas.
De hecho, estos síntomas están tan extendidos en la cultura popular, que muchas personas suelen confundir el dolor costocondral, el dolor torácico de origen muscular, el dolor esofágico e incluso las manifestaciones clínicas ocurridas durante las crisis de pánico, con eventos miocárdicos agudos.
Sin embargo, no todos los infartos al miocardio se manifiestan de la misma manera, de hecho, según una publicación de Baptist Health Florida, la mitad de todos los ataques cardíacos no presenta síntomas clásicos.
Ataque cardíaco silencioso
En algunas ocasiones, los ataques cardíacos pueden no presentar síntomas o síntomas que normalmente no asociaremos con un evento cardiaco isquémico; pero la mayoría de nuestros pacientes no están conscientes de esta forma de ataque cardíaco silencioso, por lo que es nuestro deber como profesionales de la salud es educar a la población general sobre esta forma de ataque cardíaco para prevenir sus consecuencias más graves.
Para empezar, debemos informar que el ataque cardíaco, presente síntomas o no, ocurre por un bloqueo en el flujo sanguíneo de las arterias coronarias que irrigan el corazón, lo que produce isquemia en el tejido miocárdico y una eventual falla en la función de bomba del órgano. Aunque las manifestaciones clínicas varían de persona a persona, las mujeres suelen ser más propensas a presentar ataques cardíacos silenciosos que los hombres.
¿Cuáles son los síntomas de un ataque cardíaco silencioso?
Por lo general los síntomas de este tipo de infartos son inespecíficos, la persona suele pensar que tuvo indigestión, gripe o una distensión muscular.
El problema es que este tipo de ataques silenciosos aumentan el riesgo de padecer posteriormente un ataque cardiaco fulminante o desarrollar complicaciones graves como insuficiencia cardiaca; por lo que usualmente se detectan demasiado tarde.
¿Cómo saber si el paciente ha tenido un ataque cardíaco silencioso?
Muchas veces, los ataques cardíacos silenciosos se detectan de manera incidental mediante un chequeo de rutina si se toma un electrocardiograma, o en medio de la exploración de otras patologías al realizar estudios imageneológicos. Por lo que es muy importante evaluar los factores de riesgo de nuestros pacientes y estar alertas ante cualquier anomalía que se pueda presentar.
En las personas mayores de 55 años, con sobrepeso, diabetes, antecedentes familiares de patologías cardíacas, hipertensión arterial, dislipidemia, sedentarismo, con consumo frecuente de alcohol y tabaco, y en aquellos que hayan presentado ataques cardíacos previos, siempre hay que descartar una posible patología cardiaca.
¿Cómo debo educar a mis pacientes?
El rol orientativo del médico siempre juega un papel fundamental, pero es uno de los aspectos menos practicados de nuestra profesión.
Como profesionales, debemos indicarle a los pacientes, especialmente a aquellos de alto riesgo, que un evento isquémico agudo en el corazón puede presentarse de la forma clásica o no, y que ante cualquier malestar debe acudir al centro de salud más cercano y solicitar una evaluación por parte de un profesional, para descartar un infarto al miocardio.
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