Instituto de Investigaciones Biomédicas: 80 años de vanguardia en México

Desde su creación en 1941 el Instituto de Investigaciones Biomédicas ha realizado más de 4 mil publicaciones científicas de alto impacto.

El Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con 80 años de historia. Durante ese lapso se ha consolidado como una de las instituciones científicas de vanguardia en el campo de la salud. Mientras que lo más importante es que ya es un referente necesario dentro y fuera de nuestro país.

Por su parte, el director de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, destacó que su prestigio y tradición están cimentados en sus altos estándares de calidad. Además del rigor para la investigación y generación de nuevos conocimientos.

Refirió que la muestra de su importancia es la manera como esta entidad académica ha contribuido con la generación de conocimiento durante la crisis sanitaria por la COVID-19. Ya sea para comprender la naturaleza y efectos del virus, garantizar una vigilancia epidemiológica efectiva o diseñar soluciones prometedoras para el control de la enfermedad.

El rector también destacó la producción científica de alto nivel, reconocida por sus pares nacionales e internacionales; modelos de docencia y formación de recursos humanos ejemplares; invaluable contribución al crecimiento y la descentralización de la producción científica en México, así como capacidad multidisciplinaria para abordar la ciencia básica y la investigación especializada, generando vínculos estrechos con instituciones de salud, la sociedad y el sector empresarial.

En tanto, el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín, aseguró que esa entidad académica busca, desde sus inicios, la innovación y la calidad en la investigación, con la mirada en la formación de personal y en aplicaciones médicas y clínicas como condición clave para definir la pertinencia en lo que hacen.

Historia y trabajo actual

En su oportunidad, la directora Imelda López Villaseñor recordó que el Instituto de Investigaciones Biomédicas surgió en 1941 en el seno de la Antigua Escuela de Medicina. En primera instancia se llamó Laboratorio de Estudios Médicos y Biológicos. Trece años después se mudó a Ciudad Universitaria y en 1969, bajo la dirección del doctor Guillermo Soberón Acevedo, adquirió su nombre actual.

Hoy laboran en la entidad universitaria más de 180 académicos que forman parte de 75 grupos de investigación ubicados en dos sedes en CU, seis Unidades Periféricas en Institutos Nacionales de Salud, y dos Unidades Foráneas, en Xalapa y en Tlaxcala. En todos realizan investigaciones médicas, biológicas y biotecnológicas; así como investigación básica, aplicada y traslacional.

También destacó su participación en la fundación de la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica, que incorpora a los jóvenes a la investigación científica, así como en seis programas de posgrado.

En tanto, el investigador Alejandro Mohar Betancourt subrayó la importancia de las unidades periféricas del Instituto, en las cuales se realizan investigaciones sobre diversas patologías y en las que se han impulsado normas sanitarias y políticas públicas en favor de la sociedad, ejemplo de ello es el programa de tamiz neonatal en México.

Asimismo, el investigador Carlos Arámburo de la Hoz expuso que la descentralización del Instituto de Investigaciones Biomédicas contribuyó a la desconcentración de la investigación científica y al surgimiento de nuevas entidades como los actuales Centro de Ciencias Genómicas y los Institutos de Biotecnología y Neurobiología.

Sus académicos han realizado cerca de cuatro mil publicaciones científicas y obtenido más de 50 patentes; entre sus líneas de investigación destacan las de cáncer de mama, desarrollo de vacunas y métodos de diagnóstico, estudios sobre toxicología, obesidad, diabetes, producción de biomoléculas.

Además influye en políticas de salud, pues sus investigadores impulsaron que México fuera el primer país en establecer una Norma Oficial para aplicar medidas de prevención y control de la cisticercosis humana y porcina. En el caso de la enfermedad de Chagas contribuyeron a la creación de otra más para frenar su transmisión por la vía de transfusión, entre otras múltiples aportaciones.

Rodrigo Rojas
Editor web del portal Saludiario, único en México especializado en la industria de la salud. Contacto: [email protected]