Existen diversos problemas de salud que las personas pueden desarrollar a lo largo de la vida. Algunos no reciben la suficiente atención a pesar de su elevada incidencia y un claro ejemplo ocurre con la Insuficiencia Venosa Crónica. A continuación te compartimos la información general acerca de este padecimiento.
Millones de personas en México viven con dolor, pesadez u hormigueo en las piernas sin saber que podrían estar frente a una enfermedad que avanza en silencio. Por eso es importante identificar las primeras sospechas para acudir de inmediato con un médico.
Pero antes, ¿qué es la Insuficiencia Venosa Crónica?
Se trata de una condición médica progresiva que ocurre cuando las venas de las piernas tienen problemas para enviar la sangre de regreso al corazón.
Normalmente las venas de las piernas contienen pequeñas válvulas unidireccionales que se abren para permitir que la sangre fluya hacia arriba y luego se cierran para evitar que la sangre se devuelva.
En las personas con Insuficiencia Venosa Crónica, dichas válvulas se dañan o debilitan. Esto provoca que la sangre se filtre hacia atrás y se acumule en las venas de la parte inferior de las piernas, un fenómeno llamado estasis venosa. Esta acumulación aumenta la presión dentro de las venas, lo que las dilata y causa daño e inflamación en los tejidos circundantes.
¿Cuáles son sus síntomas?
- Pesadez y dolor. Sensación de piernas cansadas, pesadas o adoloridas, que se alivia al elevar las piernas.
- Edema. Hinchazón en los tobillos y las piernas, especialmente al final del día.
- Venas varicosas. Venas dilatadas, torcidas y abultadas que se ven debajo de la piel.
- Calambres nocturnos. Espasmos musculares dolorosos en las piernas durante la noche.
- Cambios en la piel. Piel seca, picazón, oscurecimiento de la piel cerca de los tobillos.
- Úlceras venosas. En etapas avanzadas, heridas abiertas (úlceras) en la piel que son difíciles de curar.
Hasta 8 de cada 10 personas podría tener la enfermedad
De acuerdo con el Vein Consult Program, un estudio internacional con más de 90 mil pacientes adultos en Europa, Latinoamérica, Medio Oriente y Lejano Oriente, realizado utilizando la clasificación clínica internacional CEAP (C0s–C6), el 84% de las personas evaluadas presentaba algún grado de enfermedad venosa crónica.
Lo anterior significa que hasta 8 de cada 10 personas podrían experimentar signos o síntomas relacionados con esta condición a lo largo de su vida.
Principales factores de riesgo
- Genética: Tener familiares cercanos con Insuficiencia Venosa Crónica o venas varicosas.
- Edad: El riesgo aumenta con la edad debido al desgaste de las válvulas.
- Sexo femenino: Las mujeres tienen un riesgo mayor, a menudo relacionado con los cambios hormonales.
- Embarazo: El aumento de volumen sanguíneo y la presión del útero sobre las venas pélvicas contribuyen al riesgo.
- Obesidad y sobrepeso: El exceso de peso ejerce una presión adicional sobre las venas de las piernas.
- Estilo de vida sedentario: Pasar mucho tiempo sentado o de pie sin moverse dificulta el retorno venoso, ya que los músculos de la pantorrilla no bombean la sangre adecuadamente.
- Antecedente de Trombosis Venosa Profunda: Un coágulo previo en una vena profunda puede dañar las válvulas.
A pesar de su alta frecuencia y de su impacto progresivo, una parte importante de quienes la padecen no recibe diagnóstico ni tratamiento oportuno, lo que favorece la evolución hacia complicaciones como várices avanzadas, úlceras o trombosis.
Por otra parte, la Insuficiencia Venosa Crónica no es solo física porque también tiene un alto impacto emocional. Quienes la padecen reportan alteraciones del sueño, frustración, vergüenza o resignación, debido al estigma asociado con los tratamientos visibles.
Los calambres, el hormigueo nocturno y la sensación de pesadez afectan el descanso, la productividad y la calidad de vida, generando un desgaste que va más allá de lo corporal.
Soluciones para prevenir complicaciones
Aunque muchas personas creen que la única opción es convivir con el dolor o disimular los síntomas, existen soluciones médicas y adaptables que permiten actuar a tiempo, sin comprometer el estilo de vida.
Una de las más recomendadas por especialistas es la terapia compresiva con medias de compresión, un tratamiento que mejora el retorno venoso, reduce los síntomas y previene complicaciones mayores, como úlceras o trombosis.
“Sabemos que muchas personas dudan en usar medias de compresión debido al estigma y a las ideas erróneas que aún persisten sobre su uso. Nuestro objetivo es cambiar la forma en que se perciben estas condiciones y que quienes viven con IVC sepan que pueden mantener una vida activa y plena con el tratamiento adecuado”, señala Priscila Cantú, Clinical Lead Health & Medical en México.
La terapia compresiva, recomendada por especialistas en salud vascular, mejora el retorno venoso, alivia síntomas y previene complicaciones.
