- Detectar y atender los síntomas derivados de la insuficiencia venosa pueden prevenir el agravamiento de las varices o la aparición de una trombosis.
- La terapia de compresión es de gran ayuda para disminuir los síntomas en cualquiera de los tres casos y evitar complicaciones futuras.
- Todas tienen que ver con la insuficiente circulación de la sangre a través de las arterias.
Una de las claves para evitar que un problema de salud sea de gravedad es acudir con un médico de inmediato. El inconveniente es que muchas veces los pacientes no ponen atención a los síntomas iniciales o dejan transcurrir demasiado tiempo para solicitar ayuda. Además influye que hay enfermedades como la insuficiencia venosa que algunas veces se puede confundir con otras que suelen causar molestias similares.
Problemas de la vida cotidiana
Cuando una persona tiene una sensación de pesadez, hinchazón o entumecimiento en las piernas suele pensarse que es consecuencia de un mal día por estar mucho tiempo de pie, usar un calzado incómodo o no haber hecho suficiente actividad física. Sin embargo, estos síntomas van más allá de lo estético y de lo que se hizo durante su jornada. Más bien, pueden ser manifestaciones de problemas en la circulación sanguínea que pueden derivar en una insuficiencia venosa, várices o incluso una trombosis venosa.
Por ello, y para contar con un tratamiento adecuado, lo ideal es conocer las diferencias entre cada una para identificar el tipo de atención médica que debes buscar. Aunque lo cierto es que las tres figuran entre las enfermedades venosas más comunes de acuerdo con el Centro Médico ABC.
Primero debes entender que si bien no son lo mismo, sí guardan una relación. Por ello la semejanza entre los síntomas que presentan cada una: todas tienen que ver con la insuficiente circulación de la sangre (desde y hacia el corazón) a través de las arterias, de acuerdo con la Gaceta de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México de enero de 2020.
De forma precisa, la insuficiencia venosa crónica es un padecimiento frecuente del 80% en Latinoamérica, incluso más en mujeres (64% vs 37% de los hombres, según el Instituto Mexicano de Seguridad Social y la Guía de Práctica Clínica de la Sociedad Europea de Cirugía Vascular) y sucede cuando el sistema venoso es incapaz de realizar un adecuado retorno venoso.
Y aunque es progresiva, con un tratamiento adecuado no deriva en complicaciones que afecten la calidad de vida de las personas.
Otro caso puede darse cuando las arterias se obstruyen y las venas se dilatan, lo que dificulta el retorno de la sangre al corazón. Con ello surgen síntomas como las várices, que son venas hinchadas y visibles en la superficie de la piel. Es más común que aparezcan en las piernas y pueden provocar heridas, dolores e hinchazón, lo que puede ser indicador de un probable problema de circulación.
Y por último, una trombosis se produce cuando un trombo, que es una masa de sangre formada en alguna pared de un vaso sanguíneo (coágulo), bloquea el flujo de sangre. De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), suelen formarse en la parte inferior de las piernas, los muslos o la pelvis, pero también es posible que aparezcan en el brazo.
En los tres casos, una terapia de compresión reduce la inflamación y ayuda a que las arterias estén suficientemente comprimidas para que la sangre circule de forma óptima. De cualquier forma, una de las indicaciones es siempre acudir con un médico general o incluso con un especialista como un angiólogo para identificar el tipo de tratamiento que se debe seguir.
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