La lactancia materna ha sido, desde tiempos ancestrales, una práctica profundamente enraizada en las comunidades indígenas mexicanas. Más que un acto de alimentación, es una expresión de vínculo, cuidado y sabiduría heredada entre generaciones. Sin embargo, en la actualidad, estas prácticas se ven amenazadas por múltiples barreras sociales, económicas y estructurales.
Saberes tradicionales y conexión con la naturaleza a través de la lactancia materna
En muchas comunidades indígenas, la lactancia materna se inicia de forma inmediata tras el parto, en sintonía con creencias que reconocen el poder curativo y protector del calostro. Las abuelas y parteras tradicionales juegan un rol clave en la transmisión de estos saberes, guiando a las madres con consejos basados en la observación, la experiencia y la espiritualidad.
Además, la lactancia suele estar ligada a una crianza más cercana, con contacto piel a piel constante y una respuesta atenta a las necesidades del bebé, algo que hoy en día se reconoce como benéfico también desde la medicina moderna.
Desafíos y barreras actuales
A pesar de esta riqueza cultural, las comunidades indígenas enfrentan hoy diversos obstáculos que afectan la continuidad de la lactancia materna. La pobreza, el acceso limitado a servicios de salud con enfoque intercultural, y la migración por motivos laborales debilitan la transmisión de conocimientos y dificultan la práctica sostenida de la lactancia.
En hospitales y clínicas, muchas mujeres indígenas experimentan discriminación, barreras lingüísticas y prácticas médicas que no respetan sus costumbres, como la separación innecesaria de madre e hijo tras el parto. La falta de personal capacitado en atención culturalmente sensible también contribuye a una pérdida de confianza en los servicios de salud.
Además, la creciente influencia de fórmulas lácteas y publicidad comercial ha introducido dudas sobre el valor de la lactancia, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Hacia un enfoque intercultural y respetuoso sobre la lactancia materna
Promover la lactancia materna en comunidades indígenas requiere reconocer y valorar los conocimientos tradicionales como aliados, no como obstáculos. Es necesario formar profesionales de salud que hablen las lenguas originarias, que respeten las prácticas locales y que colaboren con las parteras y líderes comunitarios.
Fortalecer la lactancia materna en estos contextos no solo mejora la salud infantil, sino que preserva saberes ancestrales fundamentales para la identidad y el bienestar colectivo.