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Médicos cubanos, el caso del doctor Jaziel López y, otra vez, la cubeta con hoyos

En su columna para Saludiario, Mauricio Sarmiento analiza el tema de la contratación de médicos de Cuba por parte del gobierno mexicano.
Mauricio Sarmiento Chavero

Hace un par de semanas se mencionó en una mañanera la iniciativa del presidente para formar 30,000 nuevos médicos especialistas, desde entonces, lo que comenzó como un rumor se hizo público; la Ciudad de México contrató 585 trabajadores de la salud cubanos.

La pregunta que surgió con ambas noticias es: ¿Hacen falta más médicos en México? La respuesta corta es sí, pero el problema es más complejo. Hacen falta médicos, pero primero debemos generar las condiciones necesarias para asegurar una adecuada distribución geográfica de los especialistas y garantizar condiciones laborales justas.

Uno de los pretextos para traer médicos de Cuba es que no se han podido reclutar los trabajadores (médicos y enfermería) suficiente para enfrentar la pandemia. El doctor López Gatell mencionó en su conferencia del 15 de junio que faltaban más de 240 mil médicos en el país y por lo tanto 585 de Cuba no son una amenaza. Es cierto, no tenemos suficientes neumólogos, intensivistas y otras especialidades, pero la gran mayoría de los médicos cubanos que vinieron al país parece que no tienen esas especialidades y lo más importante, llegaron a la Ciudad de México, en dónde la tasa de especialistas es tres veces más alta que la media nacional. Si en algún lugar no eran necesarios era en la Ciudad de México. Por otra parte, hasta el día hoy no se ha hecho público el grado académico y especialidad de los médicos cubanos. Esta información nos ayudaría a entender que hacen en el país, pero como siempre, la opacidad es la regla en temas de salud nacional.

Los médicos y el personal de enfermería nacionales no han respondido a las convocatorias en los números que se esperaban, en parte porque ya están hartos de los contratos provisionales, con jornadas infernales, sin insumos, sin equipo de protección, con autoridades prepotentes y mezquinas. Faltan médicos, pero el gremio también está cansado de las mismas prácticas. Las autoridades quieren que una doctora o una enfermera se exponga al virus en primera línea, se aleje de su familia, atienda sin protección adecuada, si se muere le ofrecen 50 mil pesos, sin saber si en caso de enfermedad la van a apoyar y que a los seis meses le digan muchas gracias y la regresen a la calle. No se han ocupado las plazas, en parte, porque el gremio ya está desilusionado con las prácticas de contratación abusivas. Es importante mencionar que estas no comenzaron con el gobierno actual, pero tampoco han parado. El presidente López Obrador prometió que todos los contratos temporales que se firmen durante la pandemia van a ser definitivos, pero es sólo una promesa, no se ha publicado una ley o decreto en dónde se le dé el carácter obligatorio a lo que dijo el presidente y por lo tanto no tiene valor legal alguno.

Tenemos que dejar en claro que nuestro problema no es con los médicos cubanos, a los cuales respetamos y apoyamos al igual que a cualquier médico que quiera venir a nuestro país a trabajar o estudiar y cumpla con los requisitos, nuestro problema es con las autoridades que parecen decir: “Si no aceptan que los explotemos vamos a traer médicos de otros país que hagan su trabajo, es más, les vamos a pagar mejor y les vamos a dar el trato y las prestaciones que a ustedes siempre les hemos negado.”

Personalmente conozco muchos médicos generales que estoy seguro serían grandes especialistas, pero no debemos ver como una meta un país en el que todos sean “cardiólogos intervencionistas”, en el que nadie se quede fuera del ENARM. La meta es ser un país en dónde cualquier médico pueda tener una vida digna ejerciendo su profesión. Con vida digna no sólo me refiere a un buen salario y prestaciones, también libre de violencia y que le deje tiempo para disfrutar de otras actividades. Tomemos el caso del doctor Jaziel López, residente que en Tamaulipas que subió un video denunciando las carencias del hospital en el que trabaja. A mí no me consta lo que él dijo, pero no me extraña, conozco las carencias de las instituciones de salud, y la respuesta de las autoridades se me hace típica: despidieron al residente.

¿Cómo quieren tener 240 mil médicos más si los tratan así? No es sólo generar más médicos o traerlos del extranjero, es tratarlos bien. Alguien con verdadero liderazgo reconocería la falta de insumos que denunció el doctor Jaziel López, y haría un plan serio con una temporalidad determinada en el que explicaría como se van a resolver los problemas de manera paulatina. No se trata de despedir al médico que destapó la cloaca, se trata de limpiarla. El problema es que, en salud, en muchos casos, tenemos capataces y no líderes. Todos sabemos que existen carencias, apoyemos a los médicos que se las ingenian para curar a pesar de ellas, no los criminalicemos y los marginemos, no debemos premiar la opacidad y la impunidad. Si falta algo, que se sepa, y que se haga un plan para resolverlo.

El caso de los médicos cubanos y del doctor Jaziel López ejemplifican a la perfección mi analogía de la cubeta con hoyos que exponía en una de mis columnas previas, por un lado traemos más médicos y por otro los corremos por exhibir que no tienen el material básico suficiente o las condiciones para trabajar.

Si le interesó mi columna, lo invito a leer mi libro: En la residencia médica, publicada en Amazon en formato físico y digital.

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