Al enamorarnos de alguien, o como mínimo sentimos algún tipo de atracción hacia un hombre o una mujer, lo que más nos gustaría es que nos correspondiera. No son pocas las veces que el amor no es correspondido, algo que duele en lo más profundo a la mayoría de los mortales, aunque hay un pequeño grupo que justamente es lo que quieren. Esto es lo que se conoce como ser lithsexual. A continuación te contamos en qué consiste.

Definición de ser lithsexual

Antiguamente, la heteronormalidad era considerada la única forma de comportamiento sexual. Hoy en día hay muchos otros comportamientos sexuales diferentes y uno de los menos conocido es la lithsexualidad.

Este es un patrón de comportamiento sexual atípico y la persona que se identifica como lithsexual tienen un comportamiento más bien peculiar hacia las personas por las que sienten atracción: su deseo se mantiene vivo siempre y cuando la otra persona no les corresponda. Esta palabra se considera sinónimo de litosexual, litoromántico, lithroromántico, acoirromántico y acoisexual.

Una persona lithsexual es aquella que siente deseo o atracción por otro ser humano, independientemente de su género u orientación sexual, pero no quiere llegar a tener una relación real ni consumada. Si en algún momento la persona por la que siente atracción comienza a dar señales de que quiere corresponder a ese deseo, entonces el lithsexual deja de sentir atracción por aquella persona.

Origen del término

El término lithsexual tiene un origen etimológico muy interesante. Se trata de la combinación de la palabra griega “lith”, que significa “piedra”, con la terminación sexual.

El motivo de que se haya escogido esta palabra en concreto para describir este peculiar comportamiento es algo misterioso pero se puede deducir que lo de la piedra es un recurso narrativo, una forma de describir a la persona por la que se siente la atracción. Él o ella, cual piedra, no se da cuenta de que hay alguien que siente una intensa atracción hacia su persona.

La persona que se identifica como lithsexual tiene su propio símbolo, constituido por una bandera con cinco franjas de colores, cada uno con su propio significado y que son los siguientes:

• Rojo: vitalidad, sociedad y sensibilidad.
• Naranja: es el color seleccionado para identificar la lithsexualidad.
• Amarillo: diversidad en la atracción. Representa la camaradería, lealtad y honor.
• Blanco: idealismo y sexualidad.
• Negro: lo arromántico y asexual.