Si bien no necesariamente puedes controlar el entorno disfuncional en el que practicas, puedes controlar cómo respondes. Es decir, desde una perspectiva de inteligencia emocional.
Inteligencia emocional: una habilidad importante
En ausencia de un cambio radical institucional y de la industria, los médicos deben mirar hacia adentro. Esto, para asegurarse de que sus objetivos y valores personales se persiguen todos los días, a pesar de los obstáculos que surgen a cada paso.
Una habilidad importante que puede ayudarte a ser más resistente y más efectivo frente al estrés y el cambio sin precedentes es la inteligencia emocional.
Aquí hay 7 estrategias prácticas para construir tu inteligencia emocional
Aclara tu intención del día
Una práctica diaria que puede ayudar a desarrollar la inteligencia emocional es aclarar tu intención. Mientras vas al trabajo, siéntate en silencio y pregúntate: “¿Qué intención tengo para hoy?” Evita la tentación de hacer una lista de cosas por hacer y, en su lugar, considera lo que necesitas para ser más intencional dado lo que está en su horario. Los ejemplos incluyen “Necesito desarrollar la comprensión hoy”, “Necesito mantener la calma”, “Necesito brindar claridad” o “Necesito ser alegre”. Una vez que hayas identificado tu intención, puedes comenzar a alinear tus acciones con ella.
Practica el cuidado personal
A pesar de tus mejores intenciones, es posible que tengas dificultades para controlar las emociones si estás cansado, te saltas el almuerzo o no has hecho ejercicio en toda la semana. Un poco de cuidado personal diario le ayudará a desarrollar esta capacidad.
Realizar un chequeo emocional.
Los médicos son recompensados por su intelecto cognitivo, por lo que no sorprende que valoren el cerebro que los trajo aquí. Sin embargo, ten cuidado de no ignorar o reprimir tu lado emocional o restar importancia a la conexión mente-cuerpo.
Disminuye la velocidad
Hacer una pausa por unos segundos antes de responder a una situación estresante a menudo puede ayudar a controlar las emociones antes de decir o hacer algo de lo que luego se arrepienta. Mientras haces una pausa, simplemente respira profundamente.
Si bien hay ciencia detrás de la construcción de un ritual de respiración profunda para reducir el estrés general, generalmente no puedes acostarte en una sala de examen para escapar del estrés del día. En su lugar, aprende a centrarte simplemente tomando tres respiraciones entre pacientes, durante una reunión o antes de iniciar sesión en la historia clínica electrónica.
Sé curioso
La curiosidad es una mentalidad difícil de tener, especialmente a medida que envejecemos, somos más sabios y tenemos más confianza en nuestras creencias, juicios y opiniones. Sin embargo, cultivar tu curiosidad es una de las mejores estrategias para desarrollar empatía por ti mismo y por los demás. Las personas curiosas hacen una pausa antes de reaccionar o hacer suposiciones y, en cambio, hacen preguntas para comprender mejor la experiencia y la perspectiva de la otra persona.
Limpia tu desorden
Hay pocas certezas en la vida, pero una absoluta es que te equivocarás, mucho. Sentirse cómodo al ofrecer disculpas genuinas es una forma de mantener relaciones sólidas y saludables y de regular nuestras respuestas emocionales cuando las cosas no salen según lo planeado. Si bien es común querer ocultar nuestros errores o incluso sentir vergüenza o vergüenza como resultado, no hay nada más poderoso y contagioso que la auténtica humildad y responsabilidad.
Empieza y termina bien
Los días estresantes y ocupados a menudo pueden confundirse, sin un comienzo o un final discernibles. Si bien no puede estar menos ocupado repentinamente, puede prestar más atención a los momentos entre sus compromisos, particularmente al comienzo y al final de su día. Un ritual matutino que excluye tu teléfono e incluye tu música favorita, por ejemplo, te ayudará a comenzar tu día de manera positiva. Del mismo modo, despedirse del personal cuando salgas de la oficina y expresar gratitud al final del día hará que te sientas más positivo.
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