Cómo las olas de calor en México están modificando los patrones de sueño en adultos y adultos mayores

México enfrenta cada vez con mayor frecuencia olas de calor extremo, especialmente en regiones del norte y centro del país. Estas temperaturas elevadas no solo afectan la salud física durante el día, sino que también alteran los patrones de sueño de adultos y adultos mayores, un factor crítico para el bienestar general y la función cognitiva.

Dormir en condiciones de calor intenso dificulta la regulación de la temperatura corporal, un proceso fundamental para conciliar y mantener el sueño. Durante la noche, el cuerpo necesita disminuir su temperatura interna para facilitar el descanso. Cuando la temperatura ambiente se mantiene alta, este descenso se vuelve más lento o incompleto, lo que genera despertares frecuentes, dificultad para conciliar el sueño y una menor calidad de descanso.

Los mayores son los más vulnerables a las olas de calor

Los adultos mayores son particularmente vulnerables. Con la edad, disminuye la eficiencia del sistema termorregulador y se reduce la producción de sudor, lo que complica la adaptación a ambientes cálidos. Además, la calidad del sueño tiende a ser más frágil, con más despertares nocturnos y menor sueño profundo. Las olas de calor intensifican estas dificultades, aumentando la fatiga diurna, la irritabilidad y el riesgo de caídas o accidentes por somnolencia.

En adultos de mediana edad, los efectos también son significativos. La exposición prolongada a temperaturas altas puede generar insomnio temporal, dificultades de concentración y reducción del rendimiento laboral o académico. La combinación de estrés térmico, falta de ventilación adecuada y hábitos poco saludables —como el consumo de alcohol o cafeína antes de dormir— exacerba la afectación del sueño.

Para mitigar estos efectos, es recomendable adoptar estrategias simples de higiene del sueño adaptadas al calor. Mantener el dormitorio ventilado o utilizar ventiladores, hidratarse correctamente antes de dormir, ducharse con agua tibia y vestir ropa ligera de algodón son medidas efectivas. Asimismo, reducir la exposición a pantallas antes de acostarse y evitar comidas copiosas por la noche puede favorecer un descanso más reparador.

Se deben programar horarios de sueño

La planificación comunitaria y familiar también es clave. Programar horarios de sueño durante las horas más frescas, utilizar cortinas que bloqueen la luz solar y crear ambientes frescos en la vivienda ayudan a mejorar la calidad del sueño durante olas de calor prolongadas.

Las olas de calor en México están modificando los patrones de sueño de adultos y adultos mayores, impactando su salud física, emocional y cognitiva. Adaptar hábitos y entornos de descanso es esencial para minimizar estos efectos y mantener un sueño reparador en condiciones de altas temperaturas.