El de la humildad es uno de los conceptos psicológicos que suele dar lugar a más malentendidos. La verdadera humildad está llena de matices y varía mucho de una persona a otra, puesto que está fundamentada en procesos psicológicos complejos.
Dentro del desarrollo personal, cultivar la humildad es uno de los procesos más importantes. Consiste en adoptar una determinada mentalidad al valorar las propias cualidades, logros y errores, teniendo en cuenta tanto los factores de nuestro entorno que nos ayudarán a alcanzar nuestras metas como el papel que juega la suerte en lo que nos ocurre.
¿Quieres aprender a cultivar la humildad? A continuación te presentamos los 5 beneficios psicológicos que presenta este proceso.
Ayuda a crear relaciones más simétricas y equitativas
Las personas humildes no tienden a buscar un rol de dominación en las relaciones, puesto que asumen que la ecuanimidad es un valor positivo en prácticamente todos los contextos y relaciones personales. Esto hace que no tomen decisiones de manera unilateral de forma poco justificada tanto en el ámbito de la pareja como de las amistades y trabajos en equipo, por ejemplo.
La humildad ayuda a conectar mejor con las personas
Muchas personas confunden la humildad con baja autoestima, aunque son cosas que poco tienen que ver. Como la humildad nos lleva a desprendernos de la necesidad de ofrecer una faceta idealizada de nosotros mismos, las relaciones personales que surgen de ella son más auténticas porque se basan en la honestidad.
Predispone a ir aprendiendo y mejorando
Cultivar la humildad ayuda a ser muy consciente de las propias limitaciones e imperfecciones, pero no desde un punto de vista pesimista o dramático. Por eso, a las personas humildes se les da bien ir notando sus propios progresos al aprender o mejorar en algo.
Nos evita caer en la trampa de las luchas de ego
Buena parte de los conflictos que experimentan las personas tienen más de ficción que de choque de intereses real. A veces, dos personas empiezan a ponerse a la defensiva simplemente por malentendidos, por creer que deben competir sin tener razones para ello. Se da, por tanto, una lucha de egos que se refuerza a sí mismo como un círculo vicioso en el que, en realidad, ninguna de las dos personas desea estar.
Cultivar la humildad protege de los problemas de estrés por perfeccionismo excesivo
La humildad pasa por asumir que uno mismo no puede estar exponiéndose constantemente a metas extraordinarias, por lo que protege de la frustración y el desgaste psicológico por estrés. Esto permite lograr resultados impresionantes a largo plazo, ya que la curva de aprendizaje puede ir subiendo de forma consistente y sin interrupciones.