La escasez de médicos especialistas en México es una realidad que avanza silenciosa pero con consecuencias graves para la salud pública del país. Las cifras oficiales de la Secretaría de Salud revelan que en los últimos años existe un déficit estimado de más de 150. 000 especialistas, además de decenas de miles de médicos generales, para alcanzar los estándares internacionales de atención médica.
La falta de médicos especialistas en México es un problema de varias dimensiones
Este problema tiene varias dimensiones. Primero, el número de especialistas por habitante: mientras la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sugiere alrededor de 3,5 especialistas por cada 1.000 habitantes, en México solo se contabilizan cerca de 0,9. Segundo, la distribución geográfica es muy desigual: existen estados y municipios con graves carencias —algunos sin un solo especialista disponible— mientras que en las grandes ciudades la atención está más concentrada.
¿Por qué se agrava este problema? Hay varios factores interrelacionados. La pandemia de COVID-19 afectó la formación de especialistas al reducir plazas, residencias y rotaciones clínicas, generando un rezago que aún se siente. Además, la infraestructura para la formación médica especializada es limitada, los cupos son insuficientes y los aspirantes enfrentan procesos altamente competitivos que muchas veces implican trasladarse a zonas remotas con pocos incentivos. A esto se suman condiciones laborales difíciles, falta de equipo y salarios poco atractivos en ciertas especialidades o regiones rurales.
Las consecuencias son evidentes. Para la población, esto significa demoras cada vez más largas para acceder a un especialista, agravamiento de enfermedades, mayores costos y saturación en los servicios de urgencias. La desigualdad territorial hace que las zonas rurales o marginadas sean las más afectadas, profundizando las brechas de acceso a la salud.
Resolverlo requiere de gran coordinación
El gobierno ha implementado medidas para ampliar el número de plazas en residencias médicas, ofrecer incentivos a quienes laboren en regiones con déficit e incluso contratar médicos extranjeros para cubrir vacantes en áreas críticas. Sin embargo, los expertos coinciden en que estos esfuerzos tardarán años en rendir frutos y que el problema estructural persiste.
La escasez de médicos especialistas en México no es solo un tema de números: refleja deficiencias en la formación, distribución y retención del talento médico. Resolverlo requiere coordinación entre gobierno, instituciones educativas y comunidades para garantizar que la atención especializada llegue a todos los rincones del país y no deje a nadie atrás.
