La prediabetes es una condición de la que se habla poco y menos acerca de su detección. La consecuencia es que gran parte de la población no conoce en qué consiste ni sus primeras señales de alerta. Se trata de un grave error porque un diagnóstico oportuno es fundamental porque en este punto el problema todavía se puede revertir.
Para nadie es un secreto que la diabetes es uno de los mayores problemas de salud pública en México y el resto del mundo. De hecho, durante los últimos 30 años su incidencia se ha multiplicado y la tendencia muestra que seguirá en aumento. Por eso, además de promover acciones preventivas también es necesario hablar acerca de su etapa previa.
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¿Qué es la prediabetes?
La prediabetes es una condición metabólica en la que los niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal pero aún no alcanzan los criterios para diagnosticar diabetes tipo 2. En otras palabras, es una etapa intermedia en la que el cuerpo ya muestra alteraciones en la forma en que utiliza la insulina.
En ese tenor, la prediabetes es una etapa clave donde las personas pueden realmente cambiar el rumbo de su condición para que no empeore. En cambio, cuando el padecimiento evoluciona a diabetes ya no hay marcha atrás porque hasta el momento no existe una cura.
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¿Cuántas personas podrían tener prediabetes en México?
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) se estima que existen alrededor de 20 millones de personas con prediabetes en México. Lo anterior significa que 1 de cada 5 adultos en nuestro país la podría padecer aunque la gran mayoría no lo saben.
¿La prediabetes genera síntomas?
El mayor inconveniente es que la prediabetes se caracteriza por no generar síntomas ni molestias visibles. Por lo tanto, la única forma para lograr su diagnóstico es mediante un análisis de sangre.
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¿Quiénes se deben hacer una prueba para la detección de la prediabetes?
En el pasado la indicación era que todas las personas a partir de los 45 años se tenían que hacer una prueba para la detección de la prediabetes. Aunque ahora la Asociación Americana de Diabetes redujo el parámetro y recomienda la revisión a partir de los 35 años.
Aunque la recomendación es general, las personas con mayor riesgo son las que cumplen con alguno de los siguientes parámetros.
- Tienen un IMC mayor a 25 (o mayor a 23 si son de origen asiático).
- Tienen un familiar directo con diabetes.
- Tienen antecedentes de enfermedades cardiovasculares.
- Tienen presión alta o toman medicación para la presión.
- Tienen colesterol alto.
- Tienen síndrome de ovario poliquístico (SOP).
- Tienen signos de resistencia a la insulina, como manchas oscuras en la piel (acantosis nigricans), verrugas cutáneas o hígado graso no alcohólico.
- Pertenecen a grupos étnicos de alto riesgo: afroamericanos, latinos, indígenas o asiático-americanos.
- Hacen actividad física menos de 3 veces por semana.
- Fueron diagnosticadas con diabetes gestacional durante el embarazo.
- Toman regularmente esteroides (incluidos inhaladores), ciertos medicamentos para el VIH o antipsicóticos de segunda generación como aripiprazol (Abilify) o quetiapina (Seroquel).
¿Cómo se hace la detección de la prediabetes?
La detección de la prediabetes se logra mediante un análisis de sangre y en la actualidad existen 3 exámenes que son los más comunes.
- Prueba de Hemoglobina A1c (HbA1c). Mide el nivel promedio de glucosa en la sangre durante los últimos 2 a 3 meses.
- Glucosa Plasmática en Ayunas (GPA). Mide el nivel de glucosa en un momento dado, después de no haber comido ni bebido nada (excepto agua) durante al menos 8 horas.
- Prueba de Tolerancia a la Glucosa Oral (PTGO). Mide la glucosa después de ayunar y luego 2 horas después de beber una solución dulce específica.
“Es importante diferenciar la resistencia a la insulina de la prediabetes. Cuando existe resistencia, el cuerpo no responde adecuadamente a la insulina, pero la glucosa en sangre puede mantenerse normal durante un tiempo. En cambio, la prediabetes es el resultado visible de esa resistencia: ya hay alteraciones medibles en la glucosa. Se puede tener resistencia a la insulina sin prediabetes, pero casi siempre que hay prediabetes, existe resistencia a la insulina”, explica el Dr. Luis Dorado, especialista en Nutrición Clínica y Manejo Integral de la Obesidad y Director de la Clínica Medicina Metabólica.
La evidencia científica demuestra que la prediabetes genera daños reales: se asocia con formas tempranas de daño renal, enfermedad renal crónica, neuropatía de fibras pequeñas, retinopatía diabética, mayor riesgo de enfermedad cardiovascular e incluso eleva la probabilidad de cáncer de colon, hígado y estómago.
Por otra parte, a nivel global la Federación Internacional de Diabetes estima que 589 millones de personas viven con diabetes, proyectando 853 millones para 2050. Según la organización, alrededor del 40% de los pacientes desconocen su condición, lo que resalta la urgencia de la detección temprana.
