Cómo lograr mejorar la relación con tus pacientes dentro del consultorio

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El trabajo de los médicos es demasiado complicado aunque no todos logran apreciarlo así. No se trata simplemente de ofrecer un diagnóstico a los pacientes sino que se requiere de un servicio integral. Se debe saber escuchar, lograr expresarte de forma adecuada y además tener los conocimientos mínimos en Medicina. Además hay que tomar en cuenta que se necesita atender en tiempo y forma a cada uno porque en la sala de espera hay más personas que te necesitan. Sumado a lo anterior, se debe agregar la fuerte competencia que existe dentro del gremio médico. Con base en el censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el 2015 se obtuvo que existen 270 mil 600 médicos generales en México. Con esto en mente, los pacientes son libres de elegir al médico con el que quieren acudir. Aunque lo más importante es que en cualquier momento puedes optar por cambiar de galeno. Hasta las fallas más pequeñas pueden provocar que se termine la relación con cada una de las personas que atiendes en el consultorio. Visto en retrospectiva, lo que necesitas es poner atención en todos los aspectos de la consulta médica para lograr tener una relación cordial y de respeto con tus pacientes. Al conseguirlo no sólo se hará el encuentro más sencillo sino que marca el comienzo de una relación a largo plazo.

Proyectar seguridad y empatía

En primera instancia, recuerda que el saludo es indispensable para generar una buen impresión en los pacientes, en especial en los que te visitan por primera vez. Toma en cuenta que a partir de la pandemia de Covid-19 ya no debe existir un contacto físico. Aunque eso no implica que debas olvidarte de dar la bienvenida de manera cortés y con un tono de voz afectivo. También es necesario que desde que el paciente ingresa al consultorio ofrezcas toda tu atención en él. Debes establecer contacto visual en todo momento o de lo contrario vas a provocar la pérdida de confianza. Debes dejarle en claro que mientras dure la consulta es lo más importante para ti.

Saber escuchar al paciente

A su vez, recuerda que el paciente no sólo va a escuchar sino también a hablar. Al momento en el que te relate la situación que lo aqueja debes dejarlo que se exprese sin limitaciones. Tampoco lo interrumpas ni hagas gestos que puedan ser malinterpretados. Debes poner atención en cada una de sus palabras para que no existan errores de comunicación. Por otra parte, después de escuchar al paciente es momento de que tú hables. El error que cometen muchos médicos es que piensan que la persona que tienen enfrente también es un experto en salud. Nunca olvides que no todos saben lo mismo que tú ni tienen un dominio del lenguaje sanitario.

Evitar tecnicismos médicos

Para que exista una comunicación efectiva debes evitar los tecnicismos y los términos rebuscados que no se utilizan fuera del ámbito académico. Tus palabras deben ser sencillas para que cualquiera las pueda entender. Pero además del aspecto del lenguaje también debes de preguntar de manera constante si existen dudas. En caso de ser así entonces debes responderlas al instante y no esperar hasta el final de la consulta. Recuerda que una regla básica que debes implementar en tu servicio es nunca permitir que el paciente salga con inquietudes del consultorio.

Mostrar una actitud servicial

Sumado a las atenciones que presentes durante la consulta, también es necesario que ofrezcas una actitud servicial. Sonreír desde el momento del salud y llamar al paciente por su nombre son detalles que parecen insignificantes pero que son bien valorados. Debes tener presente que quienes acuden contigo son personas y no máquinas. Si te enfocas en la parte emocional vas a conseguir mejores resultados que si sólo poner atención a la parte externa. Finalmente, al seguir todas las indicaciones mencionadas vas a conseguir proyecta empatía y seguridad a los pacientes. Ambos son aspectos indispensables para conseguir una relación exitosa con ellos. De tal manera, será menos probable que decidan acudir con otro médico o abandonar su tratamiento.

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