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De acuerdo con información de Statista, en 2021, se emitieron aproximadamente 43,7 millones de toneladas de monóxido de carbono en los Estados Unidos.
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Entre 1995 y 2021 durante diciembre se registró el mayor número de muertes por envenenamiento con monóxido de carbono con 119 decesos en Reino Unido.
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En 2019 y 2020, el gasto medio en cocinas y hornos se situó por encima de los 60 dólares estadounidenses.
La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de los Estados Unidos dice que está considerando una regulación más estricta o una prohibición federal de las estufas de gas , citando investigaciones que han relacionado los electrodomésticos con una variedad de problemas de salud, incluido el asma infantil.
“Este es un peligro oculto”, dijo en una entrevista Richard Trumka Jr., comisionado de la agencia. “Cualquier opción está sobre la mesa. Los productos que no se pueden hacer seguros se pueden prohibir”.
Las estufas de gas natural, que se usan en alrededor del 40 % de los hogares en los Estados Unidos, emiten contaminantes del aire como dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono y partículas finas a niveles que la EPA y la Organización Mundial de la Salud han dicho que son inseguros y están relacionados con enfermedades respiratorias, cardiovasculares problemas, cáncer y otras condiciones de salud, según informes de grupos como el Institute for Policy Integrity y la American Chemical Society.
Una nueva investigación revisada por sus homólogos publicada el mes pasado en el International Journal of Environmental Research and Public Health encontró que más del 12 % de los casos actuales de asma infantil en los EE. UU. pueden atribuirse al uso de estufas de gas.
“Hay alrededor de 50 años de estudios de salud que muestran que las estufas de gas son malas para nuestra salud, y la evidencia más fuerte está en los niños y el asma de los niños”, dijo Brady Seals, gerente del programa de edificios libres de carbono en el grupo de energía limpia sin fines de lucro. RMI y coautor del estudio. “Al tener una conexión de gas, estamos contaminando el interior de nuestras casas”.
La Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo, con sede en Bethesda, Maryland, tiene previsto abrir un debate público sobre los peligros que plantean las estufas de gas a finales de este invierno. Además de prohibir la fabricación o importación de estufas de gas, las opciones incluyen el establecimiento de normas sobre las emisiones de los aparatos, dijo Trumka.
Los legisladores han pedido a la Comisión que estudie la posibilidad de exigir etiquetas de advertencia, campanas extractoras y normas de rendimiento. En una carta enviada a la agencia en diciembre, legisladores como el senador Cory Booker, de Nueva Jersey, y el representante Don Beyer, de Virginia, ambos demócratas, instaron a actuar y calificaron las emisiones de las estufas de gas de “carga acumulativa” para los hogares negros, latinos y de bajos ingresos, que sufren de forma desproporcionada la contaminación atmosférica.
Paralelamente, los responsables políticos estatales y locales se están centrando en el uso del gas natural en los edificios en general, en un esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (como el metano) que agravan el cambio climático.
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