Para un bebé, no existe mejor alimento que la leche materna. Aunque, a veces, la lactancia, no se consigue ni de forma fácil ni inmediata. Sobre todo, los problemas se incrementan si eres madre primeriza y estas son algunas de las dificultades que pueden presentarse.
Pezón grande, uno de los principales problemas de la lactancia
Se produce cuando el bebé no abre la boca lo suficiente como para abarcar todo el pezón y la mayor parte de la areola. Esto provoca un dolor en el agarre. En este caso, el tamaño del pezón no importa a largo plazo, puesto que el bebé crece y, en poco tiempo, podrá agarrarse a cualquier cosa.
Pezón plano
Este problema tiene lugar cuando las madres piensan que su bebé no se agarra fuerte o no son capaces de sacar el pezón lo suficiente para amamantar. Algunos pechos pueden estar temporalmente congestionados después del nacimiento, por excesiva infusión intravenosa que irá remitiendo.
Pezón invertido, otro de los problemas para la lactancia
Se llama así a los pezones que están metidos dentro del pecho. Hay algunos consejos que se pueden hacer para que sobresalgan y que, de esta forma, el bebé se pueda agarrar y alimentarse con éxito. Se puede intentar sacar el pezón con los dedos pero también hay unas herramientas como un evertidor de pezón.
Mastitis
Es una afección muy común relacionada con las madres lactantes. Entre los síntomas se incluyen una zona roja, caliente y sensible en el pecho que puede desaparecer de forma rápida o que puede llegar a tener el potencial de desarrollarse si no se trata rápidamente. Como es una inflamación, puede llegar a causar fiebre, escalofríos y dolor.
Absceso mamario, otro de los problemas de lactancia comunes
Consiste en un abultamiento con dolor en el pecho y acompañado de inflamación y enrojecimiento. Básicamente, se pueden definir como bolsas llenas de pus y puede ser consecuencia de una mastitis mal tratada o por la interrupción de la lactancia. Se suele producir entre 3 a 8 semanas después del parto.