A raíz del brote de coronavirus Covid-19 se ha hecho énfasis en reforzar las medidas sanitarias y de higiene entre la población. Más allá de proteger contra esta infección, también son útiles contra otras enfermedades respiratorias. Al final se trata de consejos que deben de aplicarse durante todo el año y no sólo ahora que está en auge este nuevo virus.
En ese sentido, la parte del aseo también es obligatoria para todo el personal sanitario. En primera instancia, es por su propia protección debido a la naturaleza de su trabajo. Aunque también se debe considerar que, en caso de no seguir las indicaciones adecuadas, ponen en peligro a los pacientes. Precisamente es una de las principales causas que fomentan las infecciones intrahospitalarias.
Todo esto lleva al debate sobre si es adecuado que médicos, enfermeros y cualquier profesional de la salud tenga barba. Fue en 2017 cuando los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) publicaron un estudio al respecto. La respuesta fue contundente: no es recomendable.
Lo que afirma la investigación es que la presencia de vello facial favorece la acumulación de virus y bacterias. En el caso de quienes trabajan en hospitales y centros de salud, por su entorno y la atención constante a pacientes enfermos es que se incrementa el riesgo.
De igual forma, se debe considerar la actualidad con respecto al coronavirus Covid-19. La máxima indicación para el personal médico es utilizar batas, guantes y cubrebocas para tratar cualquier caso sospechoso. Y es aquí donde la barba puede representar un inconveniente.
En caso de que exista una barba tupida, no permitirá un ajuste adecuado del cubrebocas o mascarilla en el personal sanitario. También se debe tomar en cuenta que las barbas abundantes pueden llegar a perforar los filtros de las mascarillas. Cuando esto ocurre se vuelve inservible esta herramienta.
¿Cuándo utilizar cubrebocas?
Por otra parte, un error que se ha vuelto frecuente en fechas recientes es con respecto al verdadero uso que se debe hacer de los cubrebocas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es clara al recalcar que sólo son adecuados para personas con enfermedades respiratorias y el personal sanitario. El objetivo es impedir contagios.
A su vez, para quienes están sanos no se recomiendan porque no protegen del todo de los múltiples virus que existen. En realidad, es mucho más eficiente implementar otras acciones como el lavado constante de manos.
De igual forma, si se quisiera proteger una persona, lo más adecuado sería utilizar una mascarilla N95 y no los cubrebocas tradicionales. Lo anterior debido a que se ha documentado que es capaz de filtrar el 95 por ciento de las partículas de alta penetración.
