Si tu bebé ha cumplido los seis meses, se iniciará en la alimentación complementaria. Esta es una etapa perfecta para empezar a conocer los diferentes tipo de alimentos, texturas, sabores y formas. En los últimos tiempos, se ha impuesto el Baby Led Weaning (BLW) y, a continuación, te vamos a ofrecer en qué consiste y sus beneficios.
¿Qué es la alimentación complementaria?
Según la OMS, se puede definir este tipo de alimentación como “todo aquel alimento líquido o sólido diferente a la leche humana que se introduce en la dieta del niño, con el fin de satisfacer los requisitos nutricionales, sin abandonar la lactancia materna hasta los dos años de edad, o más tarde”.
La alimentación complementaria implica cambios metabólicos y endocrinos que influyen en la salud futura del niño. Así que deberías saber qué objetivo quieres conseguir con la introducción de nuevos alimentos y si quieres cumplirlos, nunca deberías ir en dirección contraria.
¿Qué es el BLW?
El BLW es la “antítesis de alimentar a nuestro hijo con una cuchara y haciendo el avión”, tal y como expresa Carlos González en su libro “Se me hace bola”. Se puede definir como una forma de alimentación en la que el propio lactante, a partir de los seis meses de vida y en función de su desarrollo neurológico, se lleva a la boca alimentos enteros, adaptados, utilizando sus manos, en lugar de recibirlos triturados y con cuchara.
La promoción de esta forma de alimentación surgió en Nueva Zelanda y el Reino Unido en los últimos años y, también es conocida o traducida como Alimentación complementaria a demanda dirigida por el bebé o método ACS (Aprender a Comer Solo).
Beneficios que presenta el BLW
El principal objetivo de este método de alimentación es que el niño aprenda a comer por sí solo, ayudando a que pueda decidir qué, cuánto y que lo haga a su ritmo. Es importante tener en cuenta que el niño gestiona su comida, pero son los padres quienes siempre escogen qué opciones de alimentos les entregan y, además, están presentes para supervisar.
Con este método, el bebé tiene la oportunidad de aprender a comer de una forma sensata, divertida y disfrutando de la comida. Entre sus beneficios están que contribuye a desarrollar la coordinación visomotora, la masticación y esto, a su vez, favorece el habla, ya que se estimula el fortalecimiento de los músculos de la boca.