Aunque la Covid-19 sea la mayor amenaza para la salud pública en la actualidad y se trabaja para desarrollar una vacuna, no significa que sea el único problema. En realidad existen más enfermedades de alta mortalidad que es necesario combatir. Cada una requiere de nuevas soluciones y tratamientos que ayuden a los pacientes a alcanzar una recuperación y mitigar los efectos adversos.
En ese sentido, el cáncer de pulmón se mantiene como uno de los más peligrosos y numerosos en todo el mundo. Con base en un estudio de la agencia de inteligencia The Economist, más de 60 mil personas fallecen cada año por este tipo de tumor, lo que representa el 12 por ciento de todos los decesos por neoplasias.
Una de las adversidades que enfrenta este tipo de tumor es el prejuicio en la sociedad. Durante décadas se le asoció con el tabaquismo como su único factor de riesgo. Aunque a partir de una investigación del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) se identificó que hasta el 40 por ciento de las mujeres mexicanas con esta neoplasia nunca han fumado.
Nueva alternativa para elegir el mejor tratamiento
En una búsqueda por mejorar la calidad de vida de los pacientes, la farmacéutica suiza Roche presentó los resultados del primer ensayo prospectivo BFAST (Blood First Assay Screening Trial). Lo más novedoso es que con tan sólo una extracción de sangre logra identificar el tratamiento adecuado para quienes padecen de Cáncer de Pulmón de Células No Pequeñas.
El estudio, del cual se presentó una actualización durante el congreso virtual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), representa una aproximación menos invasiva para los pacientes en etapas más avanzadas de la enfermedad, al utilizar una biopsia líquida en lugar de una de tejido.
Por su parte, la Dra. Isabela Rivas, líder médico oncológico de Roche México, afirmó que esta innovación va a permitir cambiar, cada vez más, el abordaje del cáncer de pulmón. Con su apoyo será posible ofrecer una medicina personalizada para cada paciente con el fin de contribuir a su bienestar y calidad de vida.
Poder transformar la salud desde el diagnóstico y conocer a fondo los retos a los que nos enfrentamos con este padecimiento. Es fundamental para tener la capacidad de mejorar el acceso a tratamientos de vanguardia. Somos conscientes de la promesa de monoterapias oncológicas como esta, que representa una esperanza para los pacientes y sus familias, pues detiene, retarda o reduce la progresión de la enfermedad.
Las personas con cáncer avanzado podrían beneficiarse para encontrar un enfoque terapéutico por medio de un procedimiento menos incómodo o doloroso, sobre todo para aquellas en las que no es factible realizar una prueba de intervención quirúrgica.
