Ansiedad, indicador común del impacto psicológico en la tercera edad

La ansiedad y la depresión pueden ser un indicador del impacto psicológico y síntomas que reflejan la calidad de vida, de las personas de la tercera edad. En el último siglo se han experimentado en Colombia cambios demográficos, que han generado la necesidad de desarrollar e implementar políticas y programas de salud encaminadas a disminuir las demandas en aspectos como el económico, el social y de salud, con el fin de conocer y mejorar la calidad de vida de la población mayor.

La calidad de vida se ha convertido en un factor importante que incorpora: salud física, niveles de independencia, nivel socioeconómico, estados psicológicos positivos, el nivel educativo y las condiciones personales, con base en estos factores han surgido una serie de conceptos sobre la calidad de vida desde diferentes posturas teóricas.

Y desde un enfoque psicológico, se entiende la calidad de vida como “el grado de bienestar individual y social se determina por la satisfacción de las necesidades fundamentales, entendidas como requerimientos de los grupos humanos y de los individuos, para asegurar la existencia, permanencia y trascendencia en un espacio y en un momento determinado”.

La ansiedad y la depresión son reacciones emocionales como respuestas cognitivas y conductuales del organismo, que se desencadenan ante una situación de amenaza o peligro psíquico y físico. La dimensión de la ansiedad cognitiva se caracteriza por la anticipación, la preocupación, el temor, la inseguridad y la sensación de la pérdida del control. La dimensión de la ansiedad conductual tiene por objetivo mitigar el malestar psicológico o físico, que genera una sensación de escape y que puede derivar en conductas que no son saludables como fumar, beber, comer desordenadamente, etc. (1)

Las manifestaciones de ansiedad también pueden ser producto de los problemas de salud propios de la edad, los cambios psicosociales que se dan al interior de la familia y en el entorno social, repercutiendo principalmente en la capacidad funcional, en el desarrollo de las actividades diarias y en la calidad de vida.

La depresión en los adultos mayores, se considera un indicador asociado al deterioro cognitivo y a la fragilidad, que se caracteriza por las sensaciones de inutilidad, tristeza, abatimiento y apatía. Además de las manifestaciones físicas que van desde tensión muscular, falta de apetito, dolores corporales, cefaleas, etc., reacciones en su mayoría, ocasionadas por la presencia de enfermedades agudas o crónicas propias de la edad, por la soledad y por las condiciones y el estilo de vida que llevan.  Y generando consecuencias negativas sobre el interés en el desarrollo de las capacidades funcionales, en el ejercicio de sus actividades cotidianas, en la calidad de vida, en el desenvolvimiento familiar y social. (2)

Desde una postura cognitivo-conductual se considera a la ansiedad y a la depresión como indicadores psicológicos que contribuyen en la disminución de la calidad de vida, debido a una inadecuada percepción y valoración que se hace de la calidad de vida, específicamente en relación con el área psicológica, física, de autoestima, dentro de la familia y la sociedad.

Referencias

  • Acosta, Q., García, F.R. (2007). Ansiedad y depresión en adultos mayores. Psicología de la salud.
  • Franco – Fernández M.D., Antequera – Jurado, R. (2009). Trastornos de ansiedad en el anciano. Psicogeriatría.
  • Material dirigido solo a profesionales de la Salud
  • Información realizada para profesionales de la salud en territorio colombiano
  • Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, más no una prescripción o indicación médica

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