Estamos viviendo una época en la que parece que los valores y la ética están en desuso. Si hay que hablar de la ética de los cuidados, es fundamental decir, en el sector de la enfermería hay que tener en cuenta la toma en consideración de la persona como actor fundamental, ya nos estemos centrando en cuidados básicos o higiénicos de la persona o en los cuidados más complejos, aquellos que la persona puede realizar por si mismo y, precisamente, de forma permanente de la presencia de una enfermera para ayudarle en esos momentos.

También se debe incluir los cuidados al final de la vida

También se deben incluir los cuidados al final de la vida e, igualmente, en este tiempo, la educación para la salud, la educación en cuidados para la salud.

De forma inevitable, la ética en los cuidados no nos permite prescindir de la contemplación de toda la esfera de las personas refiriéndonos con ello a los familiares, acompañantes y entorno social en el que se desarrolla la vida del paciente. Así que se puede decir que los cuidados éticos deben estar centrados en:

• La persona.
• En proporcionar soporte a todo aquello que el paciente necesita en los momento de enfermedad.
• En proporcionar habilidades para el mantenimiento de la salud.
• Soportar el proceso de morir.

Así que, con estos datos, la gestión de los cuidados no debe olvidar, es más debe tener permanente presente el nuevo entorno al que los profesionales se enfrentan y en el que deben mantener una relación de igualdad en contextos a los que, hasta ahora, no han tenido que enfrentarse como son los siguientes:

• Redes sociales.
• Mundo 2.0.
• Hospitales líquidos.
• Gestión transparente.

Desde la gestión sanitaria se deben proporcionar los recursos suficientes a los profesionales

Por otra parte, la gestión ética es un estilo de gestión que pone permanentemente a la persona por delante. Se puede definir como “El resultado de un trabajo en el cual no cabe duda de la transparencia y la autoridad moral de aquel que realizó su labor. De allí se sabe que no se negociaron los principios e ideales de unidad de la institución, y menos que la norma fue flexible de acuerdo con beneficios individuales. Una gestión ética se presenta cuando las cuentas de la administración fueron claras y consistentes, cuando se cumplió con los objetivos sin dejar de lado el ideal de justicia y equidad”.

Así que se puede decir que, desde la gestión sanitaria, se debe proporcionar los recursos suficientes a los profesionales para llevar a cabo su ejercicio profesional de forma ética, que no es otra que facilitar el que los profesionales se puedan mantener de forma real y cercana de los pacientes y no únicamente sobre el papel.

Esto lleva a pensar que gestionar o liderar organizaciones sanitarias es un ejercicio de servicio, de ponerse permanentemente al servicio de los demás y, por tanto, excluye cualquier otro estilo de práctica tan de moda en los últimos tiempos.

Eso sí, gestionar de forma ética no incluye ningún tipo de reglamentaciones, ni establecimiento de normas sino que va más allá. Es un estilo de comportamiento que se elige y se practica, es voluntario. No valen tampoco el establecimiento de estándares de comportamientos éticos que incluye la adquisición de sellos de Responsabilidad Corporativa.