Cubrebocas convencional y N95, ¿cuáles son sus diferencias y cuidados de uso?

Cuando un cubrebocas de cualquier modelo no se utiliza de manera correcta es como si nunca se hubiera protegido al rostro.

A lo largo de las últimas semanas ha existido un cambio de opinión con respecto a los cubrebocas. Hasta antes de la pandemia de Covid-19 se afirmaba que sólo debían ser utilizados por personas enfermas o médicos dentro de hospitales. En cambio, ahora inclusive la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya actualizó la guía oficial en la que afirma que toda la población en general debe portar mascarillas en espacios abiertos o de alta concurrencia.

En ese sentido, varias ciudades del mundo se han sumado a esta recomendación. Tan sólo en el caso de la capital de nuestro país, ya es necesario portar cubrebocas para poder ingresar al Metro. De igual forma, también es un requisito que deben cumplir todas las empresas en el regreso a la Nueva Normalidad.

Uso correcto del cubrebocas

Pero ahora un detalle muy importante y que debes explicar a tus pacientes es la manera correcta de utilizar un cubrebocas. Al respecto, epidemiólogos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hicieron énfasis es que los más importante es que debe cubrir la nariz y boca para evitar contagios por enfermedades respiratorias.

Con respecto a lo anterior, si sólo se cubre la boca, los microorganismos que se quedan en la parte externa del cubrebocas se van a respirar por la nariz. Por lo tanto, sería como si nunca se hubiera protegido el rostro.

Ahora bien, dentro de la actual oferta disponible existen diversos cubrebocas. Están los modelos estándar, también llamado bifásico de uso quirúrgico o de cirujano, y el trifásico como las mascarillas de alta eficacia.

Modelo convencional

Para la ciudadanía en general el cubrebocas convencional es suficiente. Si se utiliza de manera adecuada ofrece una efectividad del 70 por ciento para que la persona no transmita la enfermedad ni permita la salida de secreciones.

Por otra parte, si una persona enferma no utiliza cubrebocas y una sana sí, la eficiencia baja hasta un 20 por ciento. Mientras que si ambas personas, enferma y sana, usan cubrebocas, esa efectividad aumenta hasta en un 80 por ciento de protección.

Con respecto a este tipo de cubrebocas, tienen un periodo de vida de cuatro horas aproximadamente. Aunque otro aspecto a considerar es que una vez colocados no deben ser tocados con las manos o de lo contrario disminuye su efectividad.

Modelo de alta eficacia

En cambio, los cubrebocas de alta eficiencia, también conocidos como mascarillas N95 o KN95, tienen hasta un 98 por ciento de seguridad donde ninguna partícula menor a cinco micras de espesor va a tener contacto con las vías aéreas. Otra diferencia es su periodo de vida porque cuando se utilizan de manera continua es de máximo de 24 horas, aunque la recomendación es utilizarla por periodos no mayores a 12 horas.

Pero si se utiliza de forma intermitente, por un par de horas y se retira, se puede alargar su periodo de vida de 48 a 72 horas. Es posible reutilizarla pero hay formas de resguardarla y lo ideal es meterlas en bolsas de papel pero nunca de plástico porque generan humedad.

Finalmente, los especialistas del IMSS coincidieron que en áreas pequeñas con cinco o hasta 10 personas donde no se puede guardar una sana distancia, sí es necesario su uso. En cambio, si el espacio permite mantener más de 1.80 metros se puede prescindir de los cubrebocas.

Rodrigo Rojas
Editor web del portal Saludiario, único en México especializado en la industria de la salud. Contacto: [email protected]