• Tan solo en México se registran 170 mil casos de derrame cerebral cada año.
• Se estima que, en promedio, uno de cada cinco casos fallece y tres de cada cinco quedan con secuelas.
• Los principales factores de riesgo son la presión alta, los problemas cardíacos, la diabetes, el colesterol alto y el tabaquismo.

A lo largo de los últimos años se han logrado importantes avances en los tratamientos de la enfermedad vascular cerebral, también conocida como infarto, embolia o derrame cerebral. A la fecha es un problema bastante grave que provoca el deceso de cinco millones y medio de personas cada año. Mientras que una de las mayores adversidades es el tiempo para recibir un tratamiento adecuado.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que un accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre que debe llegar al cerebro se detiene por varios segundos o bien, cuando existe un sangrado en el órgano o alrededor del mismo. Por lo anterior, no recibe oxígeno y nutrientes, lo que provoca que las neuronas mueran y que exista un daño permanente.

Panorama nacional

Ahora bien, tan solo en México hay 170 mil personas que se ven afectadas al año por esta condición. De ahí que sea, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda causa de mortalidad en el planeta. De tal forma que, en promedio, uno de cada cinco casos fallece y tres de cada cinco quedan con secuelas.

De acuerdo con el Dr. Rajan Gadhia, especialista en Neurología Vascular del Hospital Houston Methodist, existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares: isquémicos y hemorrágicos. Dentro del primer grupo se encuentran, el accidente cerebrovascular trombótico, el cual se presenta cuando un coágulo obstruye el flujo de sangre en el cerebro y generalmente ocurre como consecuencia de la acumulación de placa en las arterias.

En tanto que el accidente cerebrovascular embólico ocurre cuando un coágulo sanguíneo se genera en otro lugar del organismo y viaja hasta el cerebro. Por lo tanto, obstruye el flujo sanguíneo.

Factores de riesgo y síntomas

Los factores de riesgo para presentar esta afección son hipertensión, diabetes, antecedentes familiares, colesterol elevado y ser mayor de 55 años.

Mientras que los síntomas son dolor de cabeza repentino que aumenta al acostarse, cambios en lucidez mental, audición, sentido del gusto, torpeza, dificultad para leer, escribir y deglutir, entre otros.

El especialista menciona que algunos de los estudios más avanzados son la resonancia magnética y los estudios de perfusión. Aunque también existe un pequeño porcentaje de pacientes con accidente cerebrovascular que presentan problemas en un grupo grande de arterias principales. Esto ocasiona la oclusión de vasos grandes y representa del 10 al 20% de todos los accidentes cerebrovasculares isquémicos agudos con obstrucción cardíaca.

En este tipo de casos especiales los neurocirujanos o neuroradiólogos insertan un catéter en el brazo del paciente. Debe ingresar hasta el cerebro con el objetivo de recuperar el coágulo sanguíneo. Cada tratamiento debe ir de acuerdo con el perfil del paciente y adecuado a las condiciones y/o daños que haya causado la EVC. Solo de esta manera podemos lograr una buena calidad de vida posterior.