- Desde el 2020 se ha visto un incremento en servicios como la telemedicina debido al ahorro de tiempo y como una medida para prevenir contagios.
- Hasta la fecha todavía no existe una NOM con todas las indicaciones para ofrecer consultas médicas por internet.
- Si un equipo médico basado en Inteligencia Artificial falla al momento de atender un paciente, ¿es culpa de la máquina o del doctor?
La emergencia sanitaria por Covid-19, desencadenó un importante desarrollo en el mundo de la medicina en correlación con la tecnología. En ese momento se disparó el crecimiento en la prestación de servicios de telemedicina, así como el uso de nuevas tecnologías, incluyendo la Inteligencia Artificial.
Dicho desarrollo se puede ver en temas que van desde una consulta con el médico a través de una plataforma, hasta la posibilidad de obtener un diagnóstico o información relativas a la salud del individuo por medio de software o productos tecnológicos. Algunos son comunes como los relojes inteligentes que miden el pulso, presión, temperatura, entre otras funciones, pero también hay máquinas que transmiten información sumamente compleja de un paciente con datos precisos sobre alguna condición o enfermedad.
¿Qué dice la legislación actual?
En México, existe poca o nula regulación del software como un dispositivo médico, dentro de la Ley General de Salud y el Reglamento de insumos para la salud. De la misma forma, no hay una definición clara del alcance que algunos de estos tipos de aparatos y nuevas tecnologías, utilizados con fines médicos, tienen dentro del contexto de la legislación mexicana. Existen algunos antecedentes, como la modificación a la Norma Oficial Mexicana (NOM) relativa a buenas prácticas de fabricación de dispositivos médicos, pero no se ha logrado una verdadera regulación sobre el tema.
Las nuevas tecnologías, como lo son la Inteligencia Artificial, tienen una correlación directa con el uso de estos aparatos e incluso la definición de posibles temas en materia de determinación de condiciones y riesgos de salud, por lo que es una situación en que no hay claridad sobre el alcance que el uso de estos aparatos y tecnología tendrán en el ámbito de la salud humana.
De acuerdo con Alberto Campos, Socio del Grupo de Industria de Ciencias de la Vida del despacho Sánchez Devanny, la Inteligencia Artificial realmente es un concepto tecnológico que, con la velocidad que se ha desarrollado y el campo tan infinito de materias, que se puede aplicar, evidentemente, no está regulado en México.
Existen procedimientos quirúrgicos remotos, a través de programas y máquinas, en donde el médico está en otra localidad o país, e incluso obtienen los diagnósticos, a través de esas tecnologías.
Uso actual de la Inteligencia Artificial en la salud
La forma más común en la que se aplica la Inteligencia Artificial es por medio de plataformas tecnológicas, en donde el paciente debe ingresar todo tipo de información personal, la cual, no se sabe hasta dónde llegará, y son datos que pueden ser malinterpretados, si la persona a cargo de registrarlos no tiene la suficiente experiencia. Por ello, el factor humano seguirá siendo de suma importancia, principalmente para la integración de la información.
En México, existe un desarrollo y regulación, en relación con los dispositivos médicos, particularmente la Ley General de Salud y el Reglamento de Insumos para la Salud tienen una descripción muy general de lo que es un dispositivo médico y se clasifican en tres clases, dependiendo de dos factores, interacción con el cuerpo y seguridad.
El primer tipo de dispositivos, son los que tienen muy poca interacción con el cuerpo ya sea un termómetro o abatelenguas, el segundo tipo, son los que tienen una relación más relevante e incluso se introducen en el cuerpo, como son las jeringas.
Posteriormente existen los dispositivos más riesgosos, que son aquellos que permanecen en el organismo dentro de un periodo determinado o de manera indefinida, un ejemplo puede ser un marcapasos. Dentro de este listado, contemplado en la ley, no se menciona al software, ya que, al ser promulgada, no era algo que en la práctica se utilizará con estos fines.
Según el especialista, cuando se usa un reloj, éste contiene un software, que se alimentará con inteligencia artificial, el cual puede dar un diagnóstico incorrecto, en ese caso no se tiene un responsable sobre el fallo.
En términos legales, no está claro quién tiene la responsabilidad sobre el producto, así como, hasta dónde el profesional de la salud puede utilizar esas herramientas para llegar a una conclusión médica. De igual forma, la falta de regulación implica que existan disposiciones obsoletas, un ejemplo de ello es, la obligación del médico de contar con un mechero de bunsen, cuando es un objeto que ya no se utiliza en los procedimientos.
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