Mitos y realidades con respecto al asma

Como es bien conocido, el asma es una enfermedad crónica, en la que de forma recurrente se presentan ataques de disnea y sibilancias, su severidad y frecuencia varía de una persona a otra. Los síntomas se pueden presentar varias veces al día, y en algunas personas se incrementan por causa de actividad física o en la noche.

Durante una crisis asmática, el revestimiento de los bronquios se inflama, provocando estrechamiento en las vías respiratorias, lo que ocasiona una disminución en el flujo del aire que entra y sale de los pulmones. Los síntomas recurrentes del asma ocasionan fatiga, disminución de las actividades físicas, insomnio, ausentismo laboral y escolar. El asma tiene una tasa de letalidad baja, si se compara con otras enfermedades crónicas.[1]

El asma es una enfermedad que está presente en todo el mundo y es más frecuente en los niños que en los adultos; a menudo el asma no es diagnosticada de forma correcta, lo que impide que los pacientes reciban el tratamiento adecuado, creando una carga importante para los pacientes y sus familias.

Alrededor del asma, se presentan mitos que pueden generar desinformación y malas prácticas, que derivan en complicaciones fatales. 

Mito: los medicamentos deben usarse sólo cuando se presenta un ataque, de lo contrario pierden su efecto.

Realidad: los medicamentos deben usarse con regularidad, pues son la única manera de calmar la inflamación de las vías respiratorias y ayudan a prevenir que los síntomas empeoren. Si los medicamentos se utilizan en la dosificación correcta, no pierden su efecto ni presentan efectos secundarios.

Mito: al crecer, los niños se curan del asma.

Realidad: la mayoría de las personas que sufren de asma, nacen con una tendencia a esta condición, la cual se mantiene de por vida. Muchos niños mejoran al crecer y su condición asmática tiende a desaparecer. Sin embargo, en muchos reaparece el asma en la edad adulta.

Mito: el asma no es una enfermedad real, es sólo una condición molesta.

Realidad: el asma es una enfermedad crónica. Si el asma es tratada, se controlan las condiciones subyacentes y se detienen los ataques severos. Si los pacientes asmáticos utilizan los medicamentos correctos para controlar los síntomas se evita que se agraven y se reducen así, las hospitalizaciones y las muertes por esta causa.

Mito: el asma viene y se va.

Realidad: con mucha frecuencia la condición inflamatoria que está presente siempre en las vías respiratorias, incluso cuando no hay crisis. La condición subyacente nunca desaparece, a pesar de que pueda estar controlada con los medicamentos y cuidados personales.

Mito: el asma tiende a desaparecer en los climas cálidos y secos

Realidad:  cuando se toman las medidas ambientales correctas y se utilizan los medicamentos en forma regular, los pacientes pueden vivir sin alteraciones en el clima de su preferencia.

Los tratamientos son muchos y pueden variar basados en hechos y circunstancias individuales. La mejor fuente de información sobre los tratamientos más efectivos la tiene el médico.


[1] https://www.who.int/respiratory/asthma/es/

  • Material dirigido solo a profesionales de la salud.
  • Información realizada para profesionales de la salud en territorio colombiano.
  • Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, mas no una prescripción o indicación médica.

RB-M-17299