La llegada del final de año está asociada con un incremento en los casos del Síndrome de Burnout. La presión social por las fiestas decembrinas y las exigencias laborales son las principales responsables. La consecuencia es una preocupación adicional que genera un deterioro en la calidad de vida.
En ese sentido, el estrés laboral es uno de los principales desafíos para las empresas a nivel mundial. Además de la salud de los trabajadores también provoca una disminución en su rendimiento.
¿Qué es el Síndrome de Burnout?
La definición más sencilla es que se trata de la acumulación de cansancio físico y mental. Ocurre cuando una persona tiene altos niveles de estrés y ansiedad de manera permanente.
Dentro del campo de la salud es bastante común y peligroso porque una persona cansada tiene más probabilidades de cometer errores. Por lo tanto, los pacientes también están en riesgo.
¿Cuáles son los síntomas del Síndrome de Burnout?
- Fatiga persistente y sensación de desgaste
- Despersonalización
- Baja autoestima
- Falta de motivación
- Deterioro en la productividad
- Problemas de sueño
- Irritabilidad
- Ansiedad
De acuerdo con el State of the Global Workplace Report 2024 de Gallup, los niveles de tranquilidad de los colaboradores han caído al 34%, mientras que el estrés ha alcanzado niveles récord, con un 44% que dice haber experimentado estrés el día anterior a ser encuestados.
“A medida que las presiones aumentan, los colaboradores pueden experimentar agotamiento, ansiedad y una disminución en su motivación, lo que afecta directamente su desempeño y productividad. Este impacto no solo reduce la eficiencia individual, sino que también interfiere con el clima laboral y la colaboración”, explica Nancy González, Psicóloga del Hub de Affor Health.
¿Cómo prevenir el Síndrome de Burnout en el trabajo?
Fomentar una cultura de cuidado a la salud física y mental
Es fundamental que las empresas reconozcan la conexión entre la salud física y mental de sus colaboradores. La implementación de actividades que fomenten el ejercicio regular pueden ser herramientas esenciales para aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo de los equipos. Además, ofrecer acceso a asesoría psicológica adecuada es muy importante para una oportuna gestión de la presión durante el fin de año.
Establecer límites claros y fomentar la desconexión
El estrés aumenta cuando los colaboradores sienten que no pueden desconectarse del trabajo. Es esencial establecer límites entre el horario laboral y el personal, promoviendo un ambiente que respete su tiempo libre. Esto puede incluir políticas que limiten el uso del correo electrónico y las comunicaciones laborales fuera del horario establecido, así como la promoción de la desconexión digital durante los fines de semana y vacaciones.
Implementar iniciativas que apoyen a los colaboradores
Las empresas deben ofrecer herramientas para ayudar a los colaboradores a gestionar el estrés de manera efectiva. Esto ayuda a los colaboradores a sentirse respaldados por la organización, lo que mejora el ambiente laboral y el trabajo en equipo.
Implementar pausas activas
Un descanso de calidad puede hacer una diferencia significativa en los niveles de estrés. Las empresas pueden organizar pausas activas que incluyan ejercicios de respiración, caminatas u otras actividades que nutran de distintas maneras a los colaboradores.
Reforzar la comunicación abierta y la flexibilidad
Un ambiente de trabajo que promueve la comunicación abierta y la flexibilidad puede ser clave para reducir el estrés. Las organizaciones deben fomentar canales de comunicación donde los colaboradores puedan expresar sus preocupaciones.
