Uno de los principales factores de riesgo de la pérdida auditiva es la edad. Conforme una persona envejece se incrementa la probabilidad de padecer múltiples enfermedades, además de una paulatina disminución de los sentidos. Aunque también se debe tomar en cuenta que nadie se encuentra a salvo porque esta transformación puede ocurrir antes.
Para tener una vejez lo más sana posible es necesario adoptar un correcto estilo de vida desde la infancia. De esta forma se incrementan las posibilidades de llegar a la tercera edad con el mínimo de problemas y disfrutar de la última etapa de la vida.
¿Qué es la pérdida auditiva?
Ahora bien, uno de los problemas más comunes entre los adultos mayores es la pérdida auditiva o hipoacusia. Se describe como la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos y se divide en tres categorías.
- Conductiva: Afecta al oído externo o medio.
- Neurosensorial: Afecta al oído interno.
- Mixto: Es una mezcla de las dos anteriores.
Por otra parte, un fenómeno que cada vez es más frecuente es desarrollar problemas auditivos desde una edad temprana. Incluso llegan a ocurrir antes de cumplir 30 años y en parte se debe a los nuevos hábitos de las personas.
¿Por qué ocurre la pérdida auditiva en adultos jóvenes?
El estilo de vida que llevan las nuevas generaciones provoca un gran daño en sus oídos, pues sus entornos y sus actividades más comunes están llenos de sonidos elevados, presentes en videojuegos, música, antros, conciertos, cines y televisión.
Al respecto, la empresa MED-EL realizó una encuesta en el 2022 e identificó que el 1% de los jóvenes de entre 18 y 24 años están conscientes que cuentan con una discapacidad auditiva. Mientras que el 13% de los encuestados señalaron que en su entorno más próximo les han mencionado que su audición se ha ido deteriorando, pues notan un gran cambio en la forma en cómo se comunican con ellos, al hablarles con tono más altos y al repetir palabras o frases en una conversación habitual de forma constante.
La pérdida auditiva comúnmente es causada por nacimiento, enfermedades crónicas, algunos medicamentos ototóxicos, uso de drogas y envejecimiento, pero es posible sumar los sonidos extremos del día a día.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en el 2022 se detectó que más de 1,000 millones de personas de entre 12 y 35 años corrían el riesgo de padecer pérdida auditiva por su exposición prolongada y excesiva a los sonidos altos.
“Una de las causas más comunes que provoca la sordera en jóvenes es el uso de audífonos a volúmenes altos, así como sonidos recreativos en donde la exposición rebasa los más de 85 decibelios durante ocho horas o más de 100 decibelios durante 15 minutos. Esto podría ocasionar hipoacusia antes de los 30 años. El ruido extremo destruye las células nerviosas encargadas de llevar el sonido, si estas se dañan el deterioro llega a ser irreversible”, señala la Dra. Jimena Atuán Rodas, Audióloga y Gerente de Soporte Clínico MED-EL México.
Es por eso que el uso constante y prolongado de audífonos, con volumen extremo, es un factor que vuelve vulnerables a la población, en especial a los jóvenes, quienes son los que más utilizan este tipo de dispositivos. Los altos decibelios dañan de forma permanente al oído, perdiendo parcial o totalmente la audición 30 años antes de lo habitual.
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