El día a día de una profesional de enfermería es volver a casa tras un día de trabajo febril y frustrante en el hospital. Aunque las unidades suelen tener plantilla más que suficiente, se siente estresada y decepcionada. Por eso, es normal que se insista en el empoderamiento de las enfermeras.
¿Qué quiere decir empoderamiento?
El empoderamiento estructural significa implementar estrategias organizativas en apoyo de la dirección compartida de los equipos, comunicación de liderazgo abierto y relaciones de apoyo y empatía en el equipo de enfermería.
Este tipo de empoderamiento tiene un efecto positivo sobre el de las enfermeras individuales, ya que destaca la percepción positiva del empoderamiento en el puesto de trabajo por parte de las enfermeras clínicas. A su vez, tiene un efecto de motivación e incrementa el grado de satisfacción general con la actividad laboral.
Cómo crear una estructura con la que empoderar a la enfermera
Para el empoderamiento de las enfermeras clínicas, “nada mío sin mí” es una de las frases clave. Las enfermeras se deben contemplar a sí mismas como administradoras de su unidad asistencial, más que como simples empleadas que reciben un salario a cambio de cumplir un horario. El empoderamiento no es algo que otorguen o concedan los directores y ejecutivos hospitalarios.
En sí mismas, las enfermeras son líderes en virtud de sus responsabilidades y, para ellas, empoderarse no es un privilegio sino una necesidad profesional.
Así que, en consecuencia, el liderazgo ya no es únicamente tarea de los supervisores de unidades y los líderes sénior. Los equipos saludables mantienen una visión compartida de la propiedad de la unidad asistencial, más que una relación jerárquica y autoritaria entre el empleador y los empleados.