Probióticos como ayuda en la terapia antidepresiva

Se ha encontrado que los probióticos pueden ser de gran ayuda en el tratamiento de la depresión y la ansiedad debido al eje intestino-cerebro, que relaciona la microbiota intestinal con el sistema nervioso central.

Múltiples estudios, realizados en los últimos años, han postulado la influencia de la microbiota intestinal en la salud humana. Afecciones como la dermatitis atópica, el síndrome del intestino irritable, la fibromialgia, los cólicos del lactante, el síndrome de fatiga crónica, están siendo tratadas con probióticos.

Qué son los probióticos

Para comprender mejor que son los probióticos, se deben conocer antes el término microbiota intestinal.

Microbiota intestinal. Conjunto de bacterias que viven en nuestro sistema digestivo de manera simbiótica, es decir, hay efectos beneficiosos tanto para nuestro organismo como para las bacterias. La microbiota es fundamental para la nutrición, el crecimiento corporal, para los procesos inflamatorios, para el desarrollo del sistema inmunitario, entre otros 1.  La microbiota intestinal es fundamental para la nutrición, así como también, para el crecimiento corporal, el desarrollo del sistema inmunitario y para los procesos inflamatorios, entre muchos otros. De hecho, algunas alteraciones de la misma pueden explicar, en parte, enfermedades como la obesidad o el asma.

Entre las múltiples funciones de la microbiota intestinal se destacan también, como lo han demostrado diversos estudios, la capacidad de estas bacterias para influir en el estado de ánimo y modificar el comportamiento. En este punto, estarían patologías como la depresión o la ansiedad.

La microbiota intestinal se ve influenciada por numerosos factores, incluso desde el momento del nacimiento. En la microbiota intestinal influyen la forma en que se llevó a cabo el parto: vaginal o cesárea, las condiciones higiénicas, la alimentación, el ejercicio físico, las enfermedades y sus tratamientos, entre otros.

Los probióticos son microorganismos vivos que producen un efecto beneficioso para la salud cuando es administrado en cantidades adecuadas, pues tienen la capacidad de añadirse a la microbiota intestinal y modificarla. Pueden ser suministrados a través de suplementos o con los alimentos, por ejemplo, el yogur 2-3.

La probióticos en el tratamiento de la depresión y la ansiedad

La microbiota intestinal y el sistema nervioso central están conectados en lo que se conoce como eje intestino-cerebro 4. Se trata de una comunicación neurohumoral entre estos sistemas que relaciona la función intestinal con los centros cognitivos y emocionales de nuestro cerebro.

Dicha conexión tiene lugar principalmente a través del nervio vago, que transmite la información de los nutrientes que llegan al tracto gastrointestinal y regula el comportamiento alimentario.

Por ende, la microbiota intestinal es capaz de interactuar con el sistema nervioso central, produciendo y degradando neurotransmisores, como la dopamina, la serotonina, la noradrenalina, el GABA, etc., de hecho, algunas bacterias de microbiota intestinal metabolizan nutrientes para producir neurotransmisores.

Diferentes estudios han demostrado que la inflamación y la activación del sistema inmunitario provocadas por la microbiota intestinal son la causa, en ocasiones, de ciertos trastornos psiquiátricos, como la depresión o la ansiedad. Al actuar en la microbiota intestinal, los probióticos pueden favorecer modificaciones que ayuden a prevenir o tratar estos trastornos. Esto es posible gracias a la conexión entre el sistema gastrointestinal y el sistema nervioso central que tiene lugar en nuestro organismo a través del eje intestino-cerebro.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 

  1. Icaza-Chávez ME. Gut microbiota in health and disease. Rev Gastroenterology Mex. 2013;78(4):240–8.
  2. MAMDOH, O. and SULIMAN, A. Probiotics Bacteria in Fermented Dairy Products. En: Pakistan Journal of Nutrition. 2009. Vol. 8, p. 1107-1113.
  3. HOOLIHAN, L. Prophylactic and therapeutic uses of probiotics: A review. En: Journal of the American Dietetic Association. 2001. Vol. 101, p. 229-241.
  4. Carabotti, M., Scirocco, A, Maselli, M. A., & Severi, C. (2015). The gut-brain axis: Interactions between enteric microbiota, central and enteric nervous systems. Annals of Gastroenterology, 28(2), 203-209.
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