Socialización: una estrategia para combatir la demencia senil

El deterioro cognitivo ligero (DCL) constituye una especie de “frontera” entre el funcionamiento cognitivo normal y la demencia, en la que el paciente presenta un declive cognitivo apreciable, pero no suficiente, como para impedir su funcionalidad. En cambio, la demencia leve es la fase inicial en las demencias, un síndrome cuyas afectaciones intelectuales repercuten en las actividades sociales y laborales del paciente y donde su detección y tratamiento temprano resulta vital para ralentizar el curso involutivo de ésta y el mantenimiento de la autonomía personal en las actividades de la vida diaria 1.

Con frecuencia los familiares de estos pacientes se plantean interrogantes y demandan una orientación profesional, sobre todo si se tiene en cuenta que aún se desconoce un tratamiento farmacológico efectivo que detenga o cure las enfermedades demenciales. Es por esto, que la rehabilitación integral en los órdenes funcional, social y psíquico, es un tratamiento no farmacológico aplicable 2.

La participación social tiene efectos favorables en la prevención de patologías de la esfera psicosocial como la depresión y la ansiedad, además, ayuda a mejorar las habilidades cognitivas de los mayores, logrando que sean más autónomos y manteniendo al máximo su independencia 3.

Con el fin de fomentar el desarrollo de las relaciones personales en los mayores, es recomendable mantener sencillas prácticas en su rutina como conversar o desarrollar actividades participativas, ya que, las relaciones sociales favorecen la llamada “reserva cognitiva”, que es la habilidad del cerebro para tolerar o compensar mejor los efectos de las patologías asociadas a la demencia 4. “ser una persona socialmente activa reduce el riesgo de presentar un deterioro cognitivo asociado a la edad y protege, en cierta medida, frente al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como puede ser el Alzheimer” 4.

Las prácticas sociales pueden contribuir a un envejecimiento saludable y feliz, y para que funcione como elemento protector de la salud, el paciente debe sentirse integrado a la comunidad donde vive y, además, sentirse útil y valorado, dentro de un circulo de familiares, amigos y personas de su confianza.

Las prácticas sociales que contribuyen a un envejecimiento saludable y feliz son:

  • Mantener una conversación de manera distendida con otras personas, puede facilitar la resolución de problemas, pues de esta forma, se aumenta la capacidad intelectual.
  • Fomentar las amistades. Hacer amistades brinda múltiples beneficios mentales, tales como, la mejoría de la función ejecutiva, reúne el conjunto de habilidades cognitivas que permite anticipar y establecer metas, elaborar planes y programas, iniciar actividades mentales y efectuarlos eficientemente.
  • Mantener el contacto frecuente con seres queridos. Tanto en persona como a través de las nuevas tecnologías.
  • Promover la participación. El desarrollo de actividades educativas, deportivas, lúdicas, etc., adaptadas a las necesidades físicas y emocionales de cada persona, pero basadas siempre en la interacción entre personas.

Laura Llaguno, psicóloga de Sanitas Residencia Alameda, sostiene que, para los mayores, “las relaciones sociales constituyen una fuente de bienestar ya que aportan sentimientos de pertenencia al grupo, aumentan el sentimiento de seguridad, promueven el aprendizaje y facilitan el mantenimiento de la autonomía”.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Robles A. Propuesta de criterios para el diagnóstico clínico del deterioro cognitivo ligero, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.Neurología 2002; 17(1): 17-32.
  2. Carrasco García MR. Rehabilitación integral al demente senil. Experiencia de la unidad de demencia. HDCQ Dr. Salvador Allende. Bibliografía Básica. En: Maestría longevidad satisfactoria. La Habana: MINSAP, 2004.
  3. Ministerio de Política Social SDEE. La participacion social [Internet]. Imserso.es. [Citado 30 de junio de 2021]. Disponible en: https://www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/11005partsocialmay.pdf
  4. David Curto Prieto. Las relaciones sociales reducen el riesgo de deterioro cognitivo [Internet]. Geriatricarea.com. 2017 [citado 30 de junio de 2021]. Disponible en: https://www.geriatricarea.com/2017/10/27/relaciones-sociales-reducen-riesgo-deterioro-cognitivo-asociado-a-edad/
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